POR QUÉ NO TE HAS CALLADO...REINA

Nunca sabremos la verdad sobre las declaraciones exactas de la reina a la periodista Pilar Urbano, pero es cuanto menos extraño que una vez aprobado el título y el texto del libro por los servicios de la casa real, ahora después del revuelo que se ha montado a causa de las declaraciones, se desmarquen con un “la reina comento estos pensamientos en una conversación privada y la periodista no ha sabido plasmar lo que la reina quería decir exactamente”. Tienes que ser tonto, que no es el caso, para pensar que la conversación mantenida con una periodista que está escribiendo un libro sobre ti sea una conversación privada. Como distingue el periodista cuándo está considerando la reina que está hablando públicamente de cuándo está hablando privadamente.

Dos cosas me suenan raras, la primera es que por este debate que se ha generado una de las más beneficiadas es la escritora del libro y la editorial que lo imprime. En esto la reina no creo que tenga nada que ver, a no ser que lleve comisión sobre las ventas. La segunda es que en la misma medida que se benefician la escritora y la editorial, se perjudica en su imagen la casa real y más concretamente la de los reyes. Porque ya dice el refrán que dos personas que duermen en la misma cama se vuelven de la misma opinión, y a estas alturas no creo que a la corona le venga bien que confirmemos su manera de pensar conservadora, que casualidad que las ideas que vierte la reina sean las mismas que defiende el PP.

Al igual que a Chávez en su día, Juan Carlos tenía que haberle dicho a la reina que se callase y se guardase sus opiniones, es más debe guardarse sus opiniones de aquí en adelante en un país donde el poder soberano está sostenido por un Parlamento de dos cámaras y en ambas hay leyes aprobadas en favor de dos de las cuestiones en las que ella se posiciona en contra: matrimonio homosexual y aborto. Además de otra cuestión que en estos momentos la sociedad se está planteando seriamente como es el derecho a una muerte digna por medio de la eutanasia.

Cualquier persona en su fuero interno tiene unas creencias que son dignas del máximo respeto, pero cuando uno está en representación de una institución que supera la persona individual, tiene la responsabilidad y la obligación de callar sus opiniones particulares para la defensa de la mayoría representada.

Con hechos como este no extraña que cada vez sean más los partidarios de una república y es que existe un divorcio absoluto entre lo que piensa la monarquía y lo que pensamos la mayoría de los españoles. Es algo que debemos meditar de cara al futuro de esta institución.